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domingo, 30 de enero de 2011

¿Y por qué las cajas?


Los principales motivos que han llevado a las instituciones financieras de nuestro país a la situación delicada en la que se encuentran son el alto nivel de morosidad, la disminución de beneficios/aumento de pérdidas ante el endurecimiento de las condiciones de financiación del mercado mayorista y las dificultades en la gestión de liquidez ante la concentración de operaciones en el sector inmobiliario.

Estas tres razones han afectado negativamente tanto a los bancos como a las cajas de ahorro de nuestro país, aunque especialmente a estas últimas. Es curioso como antes de la llegada de la crisis, las cajas de ahorro alcanzaron un nivel muy elevado de crecimiento y expansión, muchas de ellas igualándose a la magnitud de un banco. Llegó la crisis y con ella, las cajas pasaron a encontrarse en verdaderas dificultades para salir adelante.

¿Y por qué la crisis ha golpeado primordialmente a las cajas? ¿acaso su estructura les permitiría ser solventes únicamente en tiempos de bonanza?

Las cajas de ahorro, al contrario que los bancos, cuentan con una limitación en su propia estructura a la hora de captar recursos propios de calidad (capital). La forma que tiene para engrosar su capital consiste en la capitalización de los beneficios obtenidos en el ejercicio (parte de ellos se destina a la obra social); si bien es cierto que también cuentan con las llamadas 'cuotas participativas' que pretenden captar capital privado, este carece de atractivo para los inversores porque no les otorga derecho de voto en las Juntas de la entidad, donde se toman las decisiones relevantes.

Y esque, en los bancos, los accionistas en función de su aportación, tiene mayor o menor capacidad de decisión ya que responden con su propio patrimonio. Sin embargo, en las cajas de ahorro, las Juntas tienen reservados sus asientos a los representantes de partidos políticos y sindicatos lo que conlleva a que, al gestionar sin tener que responder con su patrimonio, lo hacen en función de sus intereses, sin pensar si la decisión tomada beneficiará o no a la entidad. ¡Cuantós préstamos se han aceptado a sindicatos y partidos políticos que no han sido devueltos!

En estos días se ha escuchado que una caja catalana, La Caixa, va a dar un paso: convertirse en banco. A partir de ese momento, pasará a llamarse Caixabank y podrá lograr re-capitalizarse a través de su salida a bolsa. La Entidad se mantendrá ligada a la Obra social que le pertenecía cuando era una Caja.

En mi opinión creo que es una de las decisiones más acertadas y que mejor resultado pudieran dar. Llevamos un tiempo oyendo los procesos de fusiones de unas cajas y otras que nunca llegan a materializarse mientras que los requerimientos de capital continúan aumentando.

Y tú, ¿qué opinas?

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