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domingo, 27 de marzo de 2011

Yo también me equivoco, ¿Y tú?


Esta es una frase muy difícil de pronunciar por las personas que forman parte de un ambiente laboral en el que la imagen y los números son importantes. Más bien, no me imagino a nadie pronunciando dichas palabras en muchas de las empresas españolas, resultado de un pensamiento común: el miedo al fracaso.

Y esque, en nuestra cultura el error se asocia al fracaso, por lo que todo el mundo huye y no quiere ser asociado con ello. Muchos conocéis las palabras de Thomas Edison: "no son fracasos, refiriéndose a todas las veces que intentó crear una bombilla, sino que he conseguido saber 1000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla". Y es que el error, la equivocación, es un paso hacia el éxito si se aprende de ello.

Justo hoy leí un artículo en el periódico que me hizo recordar este pensamiento "... Emprender es experimentar y por tanto, prueba y error son una parte del proceso de aprendizaje y consolidación. En Silicon Valley se desmitifica el fracaso hasta tal punto que se pide a la gente que hable sin tapujos de sus errores, y se les dice que tienen derecho a equivocarse."

No defiendo que cuando uno cometa un error lo comunique a bombo y platillo a sus compañeros pero si tomarlo con más naturalidad, comunicarlo si es necesario y sin tener que avergonzarse por ello. ya que la equivocación es intrínseco al ser humano. Todo el mundo erramos y erraremos.

Y también pienso que es una clave para el éxito. ¿Por qué a la hora de elegir un candidato o otro para una vacante se fijan en la experiencia de la persona? porque en ese recorrido se han cometido errores de los que se ha aprendido y por ello ha mejorado sus habilidades. ¿No dicen acaso que la experiencia es la madre de la ciencia o que es un grado? ¿No son acaso diferentes las decisiones que toma un chico adolescente que una persona adulta? ¿Y qué es acaso la experiencia?

Y tú, ¿qué opinas?